Noticas Ambientales 14/4
Prensa Libre (1)
Aumentan incendios forestales en Petén
Autoridades locales de esta región se encuentran preocupadas por el incremento de incendios forestales en el interior del Parque Nacional Laguna del Tigre, y otras áreas protegidas del sur. No se descarta que se declare alerta naranja.
Diario de Centroamérica (1)
Cerro el Naranjo. EL GIGANTE DESPROTEGIDO
El cerro el naranjo domina plácidamente una de las orillas de la ciudad capital, pero no cuenta con la proteccción que asegure su sobrevivencia a largo plazo.
Rodrigo Escribá y
Juan Carlos López*
Al conducir por el bulevar El Naranjo no se cree que la ciudad esté a menos de diez minutos. Al bajar del automóvil y explorar el bosque, los sentidos absorben las impresiones que este complejo ecosistema –una mega reserva de biodiversidad aún desprotegida– nos arroja. Pronto se empieza a encontrar basura, botellas y bolsas de plástico, señal de que alguien ha estado en el lugar. Luego, un sonido poco usual: otro visitante, un leñador. “Sólo corto los palos secos” dice, mientras que con un hacha parte en pedazos un tronco. Esa cantidad de leña le servirá para cocinar durante un mes.
De a poco la ilusión de paraíso se va desvaneciendo entre nubes de polvo, ruido y asfalto. El sentimiento inicial cambió, ya no da gusto ver el bosque. Es un espejismo que se perderá. Legalmente el cerro está desprotegido. No lo contempla el Consejo Nacional de Áreas Protegidas y tampoco está incluido en el Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas. En suma, no es administrado por alguna entidad responsable de resguardar sus recursos: “el Conap es quien debería determinar qué se hace con la situación de esta tierra, pero es muy probable que su destrucción continúe”, asegura Yuri Melini, director del Centro de Acción Legal, Ambiental y Social (CALAS). Lourdes Escobedo, del Conap, confirma que esta área no es un lugar protegido. Con o sin estudios de impacto ambiental El bosque está salpicado de propiedades privadas que han cambiado el uso de su suelo, de forestal a urbanístico y/o comercial.
Ya han sido propuestos varios proyectos para construcciones en el lugar, desde bodegas, comerciales, colegios, gasolineras y urbanizadoras. De 57 estudios de impacto ambiental que se han presentado para proyectos en el área, 11 no fueron aprobados. Pero hoy se pueden observar instituciones, cuyo estudio ambiental fue rechazado, funcionando tranquilamente.
Para la municipalidad de Mixto es el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales el que aprueba los estudios de impacto ambiental, para luego extender la licencia de construcción. “Los del Ministerio son los expertos. Si autorizan la construcción, la municipalidad no puede detener el proceso”, comenta Penny de Bocache, encargada de medio ambiente en la Municipalidad de Mixco.
Carretera y muchos planes pero…
A partir de la construcción de la carretera, el cerro recibe uno de los golpes más contundentes. Para Carlos Salvatierra, ecologista, “ese ha sido el factor más destructivo, ya que fragmentó el bosque e impermeabilizó el suelo”. Salvatierra añade que esto facilita las condiciones para que se puedan dar “invasiones, asentamientos urbanos, incendios, contaminación por desechos y aguas residuales”. En parte la problemática del cerro es ser de propiedad privada.
Por ello es necesario crear normas de restricción de uso que no afecten a sus propietarios, sino que los incentive a conservar esta reserva natural. Coordinar entre las instituciones del Estado y las municipalidades para que las construcciones no dañen su medio ambiente.
Existe la idea del Cinturón Ecológico Metropolitano, comenta Gabriel Villa de Fundaeco. Este deberá ser implementado por las municipalidades de Guatemala y Mixco, junto a otras nueva áreas boscosas de la ciudad. También está en planes el que la Municipalidad de Mixco implemente el Plan de Ordenamiento Territorial, que deberá guiar el desarrollo urbano promoviendo un modelo territorial sostenible.
Por el momento, todo son planes. Salvatierra agrega que los daños que han sufrido sus bosques o sus fuentes de agua son irreparables. El manto freático de la capital ha disminuido un metro por año: “Al perder esta cisterna verde estamos condenando a las futuras generaciones” dijo.
Con información de Erica Velásquez y Andrea Álvarez.
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